lunes, 1 de noviembre de 2010

Pasado, presente, ¿futuro?

Reflexionemos: el pasado es algo que verdaderamente existe, de algo que tenemos pruebas, así como fotos, anécdotas, videos, e te cé, e te cé. El presente es algo totalmente concreto aunque abstracto a la vez porque no lo podemos tocar ni comprender, pero podemos vivirlo. El presente en realidad, lo es todo. Ahora podría hablar del futuro... podría. Pero si el futuro todavía no fue creado, ¿qué prueba tenemos de lo que pudiera llegar a pasar? No entiendo para qué existe el concepto del futuro. ¿Es de gran importancia? Si nos ponemos a analizar, nos damos cuenta que el futuro nunca va a existir:

El presente es el futuro del presente pasado. 

No sé si me explico (en realidad, me explico, pero no sé si se entiende).
Y si interpretamos al presente como el futuro del presente pasado, el presente tampoco existiría. Porque lo llamaríamos futuro. Y no hacemos eso, porque lo presente es tangible, es algo verdadero y real, es todo lo que te esté pasando en este mismo momento, que no lo podemos clasificar como futuro, en sí. Porque el futuro es, según los diccionarios, la porción de línea temporal que todavía no ha sucedido. El presente no es futuro porque está sucediendo justo en este mismo momento.
Ergo: ¡El futuro no existe! Y si no existe, ¿por qué tratamos de adelantarnos a los hechos?
La acción de tratar de adivinar (porque no tenemos evidencia alguna de lo que puede llegar a pasar) lo que viene, el futuro, es tan pero tan estúpida. Y no nos damos cuenta (me incluyo), de que en lo único que tenemos que enfocarnos es en el presente.
Al fin y al cabo, el presente es


hoy ayer, hoy y hoy mañana.


{...ojalá nos volvamos a ver, pero ¿quién lo puede saber?.}

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