lunes, 25 de octubre de 2010

Cambio y fuera.

(hablando de cambios)

Los cambios vuelven todo más denso (en un principio). Denso hasta que uno se acostumbra. Más allá de que sea un cambio que te haga moverte de acá para allá, estar 5 días sin parar, lo que sea. ¿Por qué? Porque todavía estás ansiando volver a tu vida normal, sin ese cambio que te tuvo que sacar de la rutina para escribir una nueva.

Sin rutina, no hay cambio. Entiéndase por cambio: Concepto que denota la transición que ocurre cuando se transita de un estado a otro. Un cambio exige un estado propio, continuo y usual. Para poder distorsionarlo, para poder "cambiar" algo verdaderamente. 
¿Los cambios son buenos? Eso depende de cada uno. Cada cambio puede ser bueno dependiendo en cómo lo vaya a tomar la persona que lo sufrió. A veces, una persona puede sufrir un cambio de un sujeto ajeno al que el cambio le hizo bien, y sin embargo, a esa otra persona el cambio le dio vuelta la vida y ahora no sabe a dónde ir. Más allá de la relación causa/consecuencia del cambio, siempre, siempre, tiene un lado bueno. Nos ayudan a cerrar etapas en nuestras vidas para empezar otras totalmente nuevas. Y si un juguete nuevo nos emocionaba cuando éramos chicos, ¿por qué no un cambio? Puede tirarte abajo, pero no significa que vas a estar toda tu vida llorando en torno a él.
Quién no vio a esas personas que pierden el trabajo y, por ejemplo, se suicidan. Esas personas no le están permitiendo al destino que muestre las buenas cualidades de los cambios. Y pueden tener varias repercusiones que te hagan llorar hasta secarte, pero la única repercusión buena que tuvo... es la que te dice: "este cambio fue por algo, aprendé a usarlo y a vivir de él". Y te das cuenta que esa repercusión buena


es mucho, mucho más poderosa que todos los males.

{...los cambios son difíciles de afrontar, nada más.}

No hay comentarios:

Publicar un comentario