Siempre me saco culpa. Siempre me vuelvo
víctima mágicamente. Y siempre soy la
causa, aunque ni yo ni nadie lo quiera ver. Es más, talvez tenga
toda la culpa
yo.
Lo mío no es bipolaridad. Está muy lejos de serlo. Lo mío es arrepentimiento
pero siempre caigo tarde.
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