·
Todos creían estar, todos creían saber. Era una presencia tan ausente que lastimaba. Pero siempre, siempre fue mi culpa.
Asumir la culpa, no por obligación, sino por lógica, es ser consciente de las consecuencias. Si dejamos que nos callen, si dejamos que nos usen, si dejamos que nos arrastren por el piso, si dejamos que nos golpeen, si dejamos que nos den la cabeza contra la pared: nos dejamos. Vas perdiendo tu esencia, olvidándote de lo que eras, porque alguien así lo quiso, y vos te dejaste. Sabías que estaba mal. Al principio quisiste gritar, pero te sentías tan incomprendida y sola que te dio miedo. Sentiste que tus reclamos no sirvieron de nada, y te dejaste. Dejaste de decir "no, no quiero". Te dejaste aprovechar. ¿Y lo peor? que ya te acostumbraste.
me dejé y nadie me recordó que era mi tiempo de gritar.
{...abusopsicológico.}
No hay comentarios:
Publicar un comentario