viernes, 27 de agosto de 2010

Un poco más.

Yo encontré mi media naranja en vos. Vos ya habías encontrado la tuya, al parecer.
Cuando ella se dio cuenta que había escrito en el papel equivocado, trató de borrar lo que había hecho, pero estaba escrito con tinta indeleble. Entonces, qué más remedio que tirarte a la basura. Ella te rompió. Yo te agarré de la basura, y traté de recomponerte de la mejor manera posible. Había cosas escritas en vos, pero no me importó. Tapé esas palabras, y empecé a escribir (con tinta indeleble, también).
Pero esas palabras, estaban ahí, no lo puedo negar. Ni tampoco puedo negar que no las vi. Estaban escritas en tu piel. Se notaban en tu cara. Se notaban en tu cuerpo, entero (como si pudiera negar haberlo visto). Cuando te miraste a espejo, te diste cuenta de que estaban ahí. Te sentiste invadido, te sentiste manchado. Trataste y trataste de borrarlas, hasta las escondiste por vergüenza. Pero estaban tatuadas en tu piel.
No se van a borrar nunca, eso lo sabés. Pero mis palabras habían empezado a tapar algunas que otras, antes de que te miraras al espejo, y lo sé. Porque esas también se notan. Y no podemos negar (ya que negamos la negación) que tus ojos brillaban cada vez que escribía en vos.
Yo sé que por ahí están. Que no puedo borrar las palabras ya escritas


pero puedo escribir, todavía más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario